2010/10/12

Viuda Negra

Cojeaba y no sabía porque, me dolía mucho la cadera pero no me había golpeado, la espalda y la cintura, seguía sin saber la razón de mis males, cuando un sonido extraño salió de mi ser...

Creí entonces en un gas accidental pero al voltear vi algo que no podía creer, algo blanco y extraño me ataba al piso, una seda sumamente fuerte. Trate de avanzar y mis pies no respondían, y me di cuenta que los había dejado atrás, pero seguía 'parada' entonces, qué me estaba pasando...

Me resbalaba, me sentía muy torpe hasta que obtuve el equilibrio que buscaba y el dolor no bajaba. Ya no tenía caderas, pero una cosa enorme salía de mi cintura, gordo y negro, terminaba en la misma punta donde comenzaba la seda, mis piernas estaban tiradas a mitad de la calle, trate de dar la vuelta y se me cayó el brazo derecho, y con un dolor indescriptible, salieron de mi débil cuerpo unas varas extrañas, negras, peludas. Mi cintura era muy pequeña y frágil, yo me sentía frágil.

Cuando al fin me calme pude 'pararme', caí en la cuenta de que no era más Ariana Herrera, ni si quiera era humano. Al fin había logrado lo que tanto deseaba desde pequeña, había dejado de ser el 'bicho raro' para verdaderamente ser un bicho raro. Seguí caminando, dejaba mi cuerpo atrás y con él, la prisión en la que vivía. Me sentía libre, extraña, fuerte, aun no sabía que era...

Las personas se corrían de mí, y cuando pasé por la luna de un banco y cual novela de Kafka, me di cuenta de en qué me había convertido. Hermosa, elegante y perfecta, el reflejo de una viuda negra.

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